mira y cuentalo bien, eres periodista

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Se cierran periódicos y cientos de periodistas van al paro. Y, sin embargo, hay que aceptar una realidad histórica: desde las actas que colocaban los césares romanos para dar informes de la vida del Imperio hasta los teléfonos inteligentes de hoy, se han colgado noticias, periódicamente, dando cuenta de lo que sucede en los lugares más remotos. Cambian los periódicos, las emisoras, los documentales filmados…, pero siempre seguirán existiendo los periodistas, los informadores, que con más o menos acierto cuentan lo que ocurre y, a veces, el porqué o el para qué ocurre lo que ocurre. En este libro un periodista profesional relata sus métodos y sus experiencias, y se confiesa afortunado. Ha cumplido con esa función universal: doce años en el País Vasco, doce años en Italia-Vaticano, más de doce años en Madrid siguiendo la Constitución y viajando por la Europa de las autonomías y de la Iglesia inquieta. Desde que siendo todavía un estudiante de Periodismo en Madrid publicó —sorteando la censura de entonces— una serie de reportajes que forzaron el cambio de todo el sistema de bibliotecas en España [¿cómo lo consiguió?] hasta el 23-F, en que le tocó ser el primero en tirarse al suelo a la entrada del palacio del Parlamento de Madrid. Desde vivir la realidad del País Vasco y, a pesar de no conocer el euskera, comprende…

  • Peso: 700 gr
  • Fecha de lanzamiento: 02/07/2015
  • Plaza de edición: ES
  • Año de edición: 2015
  • ISBN: 9788499463780
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Idioma: CASTELLANO
  • Editorial: EDICION PERSONAL
  • Nº de páginas: 330

Se cierran periódicos y cientos de periodistas van al paro. Y, sin embargo, hay que aceptar una realidad histórica: desde las actas que colocaban los césares romanos para dar informes de la vida del Imperio hasta los teléfonos inteligentes de hoy, se han colgado noticias, periódicamente, dando cuenta de lo que sucede en los lugares más remotos. Cambian los periódicos, las emisoras, los documentales filmados, pero siempre seguirán existiendo los informadores, que con más o menos acierto cuentan lo que ocurre y, a veces, el porqué o el para qué ocurre lo que ocurre.
En este libro un periodista profesional relata sus métodos y sus experiencias, y se confiesa afortunado. Ha cumplido con esa función universal: doce años en el País Vasco, doce años en Italia-Vaticano, más de doce años en Madrid siguiendo la Constitución y viajando por la Europa de las autonomías y de la Iglesia inquieta. Desde que siendo todavía un estudiante de Periodismo en Madrid publicó —sorteando la censura de entonces— una serie de reportajes que forzaron el cambio de todo el sistema de bibliotecas en España [¿cómo lo consiguió?] hasta el 23-F, en que le tocó ser el primero en tirarse al suelo a la entrada del palacio del Parlamento de Madrid.

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