el gran teatro del mundo. el gran mercado del mundo
Los temas de la vida, como comedia en «El gran teatro del mundo» y como mercado en «El gran mercado del mundo», aparecen como pretexto para componer un cuadro general de toda la vida humana. La forma lírico-dramática y demás convenciones argumentales del auto sacramental prestan un simbolismo estructural a una materia teológica subyacente. El resultado es una alegoría universal y trascendente, que alcanza, en la primera obra, una perfecta construcción con acento marcadamente filosófico, y, en la segunda, resonancias morales con la inclusión de elementos realistas, dentro de lo que cabe en un conjunto forzosamente simbólico. En las dos resalta la maestría de Calderón, escritor sin par en esta forma dramática.
Los temas de la vida, como comedia en «El gran teatro del mundo» y como mercado en «El gran mercado del mundo», aparecen como pretexto para componer un cuadro general de toda la vida humana. La forma lírico-dramática y demás convenciones argumentales del auto sacramental prestan un simbolismo estructural a una materia teológica subyacente. El resultado es una alegoría universal y trascendente, que alcanza, en la primera obra, una perfecta construcción con acento marcadamente filosófico, y, en la segunda, resonancias morales con la inclusión de elementos realistas, dentro de lo que cabe en un conjunto forzosamente simbólico. En las dos resalta la maestría de Calderón, escritor sin par en esta forma dramática.
- Número: 15
- Colección: LETRAS HISPANICAS (CATEDRA)
- Peso: 112 gr
- Grueso: 1 cm
- Ancho: 11 cm
- Alto: 18 cm
- Fecha de lanzamiento: 19/05/2005
- Plaza de edición: ES
- Año de edición: 2005
- ISBN: 9788437600291
- Encuadernación: Tapa dura
- Idioma: CASTELLANO
- Editorial: CATEDRA
- Nº de páginas: 152
Este libro ha sido escrito y pretenece a Pedro Calderon De La Barca
Los temas de la vida, como comedia en "El gran teatro del mundo" y como mercado en "El gran mercado del mundo", aparecen como pretexto para componer un cuadro general de toda la vida humana. La forma lírico-dramática y demás convenciones argumentales del auto sacramental prestan un simbolismo estructural a una materia teológica subyacente. El resultado es una alegoría universal y trascendente, que alcanza, en la primera obra, una perfecta construcción con acento marcadamente filosófico, y, en la segunda, resonancias morales con la inclusión de elementos realistas, dentro de lo que cabe en un conjunto forzosamente simbólico. En las dos resalta la maestría de Calderón, escritor sin par en esta forma dramática.
