paris no se acaba nunca
París no se acaba nunca cuenta la época en la que Enrique Vila-Matas vivió en la buhardilla parisina de Marguerite Duras mientras trataba de escribir su primera novela. …
Una recreación irónica de las vivencias de Enrique Vila-Matas en el París de los años setenta.
Enrique Vila-Matas hace una reconstrucción irónica de su etapa parisina, cuando trataba de vivir a la manera de Hemingway en París era una fiesta. Si en los años veinte su ídolo de juventud fue acogido por Gertrude Stein, en la decada de los setenta el joven Vila-Matas alquila una buhardilla en la capital francesa a Marguerite Duras. En vez de codearse con Scott Fitzgerald, Ezra Pound o Pablo Picasso, trata con Roland Barthes, Georges Perec, Isabelle Adjani, Julio Ramón Ribeyro y una escurridiza Paloma Picasso, entre muchos otros.
París no se acaba nunca es un relato autobiográfico que conecta con cierta sensibilidad contemporánea para la cual hay una continuidad natural entre lo real y lo ficticio. Una novela en la que el autor «ficcionaliza» el yo y lo real en terminos literarios muy convincentes.
La crítica ha dicho…
«Aviso para escritores en ciernes, principiantes o consagrados: si se preguntan dónde está la literatura y si es posible renovarla, lean a Vila-Matas.»
Le Magazine Litteraire
«Se mueve en la ironía, la parodia, la paradoja y la futilidad de todo, y su objetivo es mezclar ensayo, ficci
- Número: 026201
- Colección: CONTEMPORANEA
- Peso: 184 gr
- Grueso: 1.3 cm
- Ancho: 12.5 cm
- Alto: 19 cm
- Fecha de lanzamiento: 04/03/2014
- Plaza de edición: ES
- Año de edición: 2014
- ISBN: 9788490327241
- Encuadernación: Tapa blanda
- Idioma: CASTELLANO
- Editorial: DEBOLSILLO
- Nº de páginas: 240
Este libro ha sido escrito y pretenece a Enrique Vila Matas
Una revisión irónica de los días de aprendizaje literario del narrador en el París de los años setenta. Fundiendo magistralmente autobiografía, ficción y ensayo, nos va contando la aventura en la que se adentró cuando redactó su primer libro en una buhardilla de París cuya atípica casera era nada menos que Marguerite Duras. Y también se nos cuenta cómo el narrador quiso imitar literalmente la vida del joven Hemingway tal como éste relata en París era una fiesta. Después del resonante éxito de El mal de Montano, el autor consigue en esta nueva novela una armoniosa y logradísima síntesis de las muchas facetas de su singular narrativa.