sociologia de karol wojtyla

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El siglo XXI nace con la nueva utopía social de Karol Wojtyla: una sociedad personalista, la sociedad del amor. Ha muerto el optimismo por la utopía del comunismo que prometía el progreso de las fuerzas de la materia, hasta llegar al «paraíso comunista», un mundo feliz. …

El siglo XXI nace con la nueva utopía social de Karol Wojtyla: una sociedad personalista, la sociedad del amor.Ha muerto el optimismo por la utopía del comunismo que prometía el progreso de las fuerzas de la materia, hasta llegar al «paraíso comunista», un mundo feliz. Ha muerto también el liberalismo como utopía que prometía el progreso y la sociedad del bienestar, con la defensa de la «individualidad absoluta». Entramos en el siglo XXI en el que, muertas las grandes utopías, se está imponiendo en todas las naciones la «democracia vacía».En este nuevo milenio se nos presenta una nueva utopía, la de una sociedad personalista, la sociedad del amor. Una sociedad en la que lo primero, la base de toda iniciativa sea la persona humana, y su ámbito natural de desarrollo el matrimonio y la familia, y el trabajo; los dos «indicadores de calidad» para la evaluación del adecuado funcionamiento de toda sociedad, los dos pilares sobrelos que el hombre como persona humana, ser-en-relación, se realiza.

El siglo XXI nace con la nueva utopía social de Karol Wojtyla: una sociedad personalista, la sociedad del amor.

Ha muerto el optimismo por la utopía del comunismo que prometía el progreso de las fuerzas de la materia, hasta llegar al «paraíso comunista», un mundo feliz. Ha muerto tambien el liberalismo como utopía que prometía el progreso y la sociedad del bienestar, con la defensa de la «individualidad absoluta». Entramos en el siglo XXI en el que, muertas las grandes utopías, se está imponiendo en todas las naciones la «democracia vacía».

En este nuevo milenio se nos presenta una nueva utopía, la de una sociedad personalista, la sociedad del amor. Una sociedad en la que lo primero, la base de toda iniciativa sea la persona humana, y su ámbito natural de desarrollo el matrimonio y la familia, y el trabajo; los dos «indicadores de calidad» para la evaluación del adecuado funcionamiento de toda sociedad, los dos pilares sobre los que el hombre como persona humana, ser-en-relación, se realiza.

  • Fecha de lanzamiento: 15/08/2019
  • Plaza de edición: ES
  • Año de edición: 2019
  • ISBN: 9788417772871
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Idioma: CASTELLANO
  • Editorial: CALIGRAMA EDITORIAL
  • Nº de páginas: 434

Este libro ha sido escrito y pretenece a Juan Lasterra Marco

El siglo XXI nace con una nueva utopía social: una sociedad personalista, la sociedad del amor.

La nueva utopía social de Karol Wojtyla: una sociedad personalista, la sociedad del amor.Ha muerto el optimismo por la utopíadel comunismo que prometía el progreso de las fuerzas de la materia, hasta llegar al «paraíso comunista», un mundo feliz.Ha muerto también el liberalismo como utopía que prometía el progreso y la sociedad del bienestar, con la defensa de la «individualidad absoluta».Entramos en el siglo XXI en el que, muertas las grandes utopías, se está imponiendo en todas las naciones la «democraciavacía».En este nuevo milenio se nos presenta una nueva utopía, la de una sociedad personalista, la sociedad del amor. Una sociedad en la que lo primero, la base de toda iniciativa sea la persona humana, y su ámbito natural de desarrollo el matrimonio y la familia, y el trabajo; los dos «indicadores de calidad» para la evaluación del adecuado funcionamiento de toda sociedad, los dos pilares sobre los que el hombre como persona humana, ser-en-relación, se realiza.

El siglo XXI nace con la nueva utopía social de Karol Wojtyla: una sociedad personalista, la sociedad del amor. Ha muerto el optimismo por la utopía del comunismo que prometía el progreso de las fuerzas de la materia, hasta llegar al «paraíso comunista», un mundo feliz. Ha muerto también el liberalismo como utopía que prometía el progreso y la sociedad del bienestar, con la defensa de la «individualidad absoluta». Entramos en el siglo XXI en el que, muertas las grandes utopías, se está imponiendo en todas las naciones la «democracia vacía». En este nuevo milenio se nos presenta una nueva utopía, la de una sociedad personalista, la sociedad del amor. Una sociedad en la que lo primero, la base de toda iniciativa sea la persona humana, y su ámbito natural de desarrollo el matrimonio y la familia, y el trabajo; los dos «indicadores de calidad» para la evaluación del adecuado funcionamiento de toda sociedad, los dos pilares sobrelos que el hombre como persona humana, ser-en-relación, se realiza.

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