remedio en el mal

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Starobinski analiza aquí algunos de los grandes conceptos que desde el siglo XVIII han marcado la fisonomía de la modernidad. …

Starobinski analiza aquí algunos de los grandes conceptos que desde el siglo XVIII han marcado la fisonomía de la modernidad. Su conocimiento de los clásicos ilustrados le permite ir de uno a otro con extraordinaria fluidez, encontrar afinidades y establecer articulaciones que permiten ofrecer una perspectiva original de los problemas tratados. Hasta cierto punto, cabe decir que nosotros, lectores, somos a la manera del persa que Montesquieu crea y Starobinski analiza: nos vemos arrastrados a leer, y a comprender, de otro modo, mejor.

Las mismas causas que han corrompido a los pueblos sirven a veces para prevenir una corrupción mayor; del mismo modo que aquel que se haya estragado el temperamento por un uso poco juicioso de la medicina se ve forzado a recurrir una vez más a los médicos para mantenerse con vida; y del mismo modo artes y ciencias, tras haber incubado los vicios, son necesarios para impedirles que se conviertan en crímenes; al menos los cubren con un barniz que no permite al veneno difundirse con tanta libertad. Así que mi opinión es dejar subsistir y aun mantener con celo academias, colegios, universidades, bibliotecas, espectáculos y el resto de entretenimientos que puedan divertir en alguna medida la maldad de los hombres.

  • Peso: 415 gr
  • Grueso: 1.8 cm
  • Ancho: 14 cm
  • Alto: 22 cm
  • Fecha de lanzamiento: 29/04/2000
  • Traductor: JOSÉ LUIS ARÁNTEGUI
  • Plaza de edición: ES
  • Año de edición: 2000
  • ISBN: 9788477746089
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Idioma: CASTELLANO
  • Editorial: ANTONIO MACHADO
  • Nº de páginas: 328

Este libro ha sido escrito y pretenece a Jean Starobinski

Las mismas causas que han corrompido a los pueblos sirven a veces para prevenir una corrupción mayor; del mismo modo que aquel que se haya estragado el temperamento por un uso poco juicioso de la medicina se ve forzado a recurrir una vez más a los médicos para mantenerse con vida; y del mismo modo artes y ciencias, tras haber incubado los vicios, son necesarios para impedirles que se conviertan en crímenes; al menos los cubren con un barniz que no permite al veneno difundirse con tanta libertad. Así que mi opinión es dejar subsistir y aun mantener con celo academias, colegios, universidades, bibliotecas, espectáculos y el resto de entretenimientos que puedan divertir en alguna medida la maldad de los hombres.

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