grandes relatos medievales

Portada de grandes relatos medievales

Durante la Edad Media, por la noche, cuando se ponía el sol, la gente se sentaba en un escaño junto al hogar y contaba historias, muchas historias; fue la época dorada de los cuentos. Posteriormente, éstos se fueron recopilando en colecciones como Calila e Dimna, El Sendebar o Libro de los exemplos del conde Lucanor. …

Durante la Edad Media, por la noche, cuando se ponía el sol, la gente se sentaba en un escaño junto al hogar y contaba historias, muchas historias; fue la época dorada de los cuentos. Posteriormente, éstos se fueron recopilando en colecciones como Calila e Dimna, ElSendebar o Libro de los exemplos del conde Lucanor. Además, aquellos abuelos nuestros se reunían en plazas y mercados en torno a un juglar, un actor que recitaba, cantaba y dramatizaba historias de grandes caballeros. Eran historias en verso, a las que denominamos cantares de gesta. Tal es el caso del Cantar de Mio Cid. Casi todos esos cantares se perdieron pues en lugar de aquellos fragmentos (los romances) o en libros de Historia de la época (las crónicas). Así es cmo hemos podido recrear Los siete infantes de Lara y El cerco de Zamora. Más tarde nos llegaron la historias de caballeros andantes. A finales de la Edad Media «hicieron furor» en toda Europa. Sirvan como muestra éstas que te ofrecemos: Lohengrín y Lanzarote del Lago. Parece evidente que nuestros antepasados se entregaban a la ficción de forma verdaderamente intensa, soñaban más. En todo caso, la lectura de estos relatos nos hará soñar como a nuestros viejísimos abuelos.

  • Peso: 138 gr
  • Grueso: 1.1 cm
  • Ancho: 12.5 cm
  • Alto: 19 cm
  • Fecha de lanzamiento: 04/06/2013
  • Plaza de edición: BARCELONA
  • Año de edición: 2013
  • ISBN: 9788467028430
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Idioma: CASTELLANO
  • Editorial: ESPASA LIBROS
  • Nº de páginas: 208

Durante la Edad Media, por la noche, cuando se ponía el sol, la gente se sentado en un escaño junto al hogar y contaba historias; fue la época dorada de los cuentos. Posteriormente, éstos se fueron recopilando en colecciones como Calila e Dimna, El Sendebar o Libro de los exemplos del conde Lucanor. Además, se reunían en plazas y mercados entorno un jugla, un actor que recitaba, cantaba y dramatizada historias de grandes caballeros. Eran historias en verso, a las que denominamos cantares de gesta. Tal es él caso del Cantar de Mio Cid. Casi todos esos cantares se perdieron, pues en lugar de aquellos relatos, la gente prefería escuchar sólo los fragmentos más emocionantes. Así es como hemos podido recrear los siete infantes de Lara y El cerco de Zamora. Más tarde nos llegaron las historias de caballeros andantes. A finales de la Edad Media «hicieron furor» en toda Europa. Firman como muestra estos que te ofrecemos: Lohengrin y Lanzarote del Lago.

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